La fachada de los edificios es el elemento que más sufre, además de tener una vida limitada. No podemos olvidar que se trata del recubrimiento exterior, donde impacta cualquier tipo de fenómeno meteorológico y es por eso que debemos de darle el mantenimiento que se merece.

Desgraciadamente, este mantenimiento se suele posponer más de lo que se debería y es importante ya no solo por una cuestión estética sino también por la eficiencia energética del edificio, la calidad de vida o la seguridad para los que viven.

En el artículo de hoy, desde REFORMAS ALBA-ROBLEDILLO queremos dar un poco de luz a los beneficios que presenta la rehabilitación de fachadas.

 

Uno de los principales motivos es la seguridad. Una fachada deteriorada puede ser un riesgo muy grave para los transeúntes y los propios vecinos. ¿Qué pasaría si se desprende un trozo de edificio y afecta a una tercera persona? En este caso, la comunidad de vecinos debería hacerse responsable del accidente.

El siguiente punto a comentar es la mejora de la eficiencia energética. Es muy importante hacer hincapié en este aspecto porque en España, según la Federación de Asociaciones Inmobiliarias, la edad del parque de viviendas supera los 40 años y en algunas localidades como Barcelona, esa edad sobrepasa los 60 años.

Los edificios más antiguos tienen una peor calificación energética, con el consiguiente aumento de emisiones y una mayor factura por el uso de energía para el consumidor. Por este motivo, el Gobierno de España, junto con la Unión Europea, se han propuesto el objetivo de revertir estos datos facilitando ayudas a aquellas viviendas que tengan una categoría energética inferior.

Si trasladamos esta voluntad de querer mejorar la eficiencia a la rehabilitación de fachadas, nos encontramos con el sistema SATE. ¿En qué consiste? Sus siglas responden a Sistema de Aislamiento Térmico Exterior, y como su nombre indica, está enfocado principalmente a la creación de un inmueble energéticamente eficiente. Se trata de revestir la fachada con planchas aislantes y de aplicar posteriormente un enfoscado protector y decorativo. Su implementación puede reducir el coste energético en un 40% y el acústico en un 27%.

 

 

 

Otro aspecto que se debe tomar en cuenta, y que está relacionado con el punto anterior, es el aumento del valor de la propiedad. Toda reforma, tanto interna como externa, conlleva una revalorización de la vivienda. Como propietarios, a todos nos interesa que nuestro inmueble tenga un valor superior si en algún momento estamos dispuestos a venderlo. Por lo tanto, ¿no es interesante que de entre todos los beneficios, uno de ellos sea este?

Y por último, pero no menos importante, también conlleva una disminución de la humedad en el ambiente. ¿A qué se debe este fenómeno? Las humedades por filtraciones de agua o por condensación suelen deberse a la mala impermeabilización de muros exteriores o porque el propio edificio no tiene un aislamiento adecuado. Entonces, si rehabilitamos nuestra fachada, reduciremos la humedad lo máximo posible.

 

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